jueves, 28 de abril de 2016

LOS DÍAS MALOS

La publicidad se encarga de programarnos para que creamos que "los días malos" son aquellos en los que las féminas tenemos la regla, y lo peor de todo es que lo consiguen y casi todo el mundo se lo cree. Pero... Es esto verdad? Creemos que esos son nuestros peores días?

Para mí los días en los que la tristeza  te inunda y el desánimo no te deja abrir los ojos  y te ahogas en tu propio llanto y dolor, "esos son los días malos".

Esa incomprensión de los hechos, ese no saber que hacer, por donde ir, no tener un motivo para levantarte de la cama, esa nostalgia que te inunda y te cala los huesos. En el fondo de ti sabes que hay todo un mundo lleno de cosas ahí fuera esperándote, pero te vuelves a preguntar; y para qué? qué hago aquí? cual es mi propósito aquí en la Tierra. Y entras cada vez mas en tu interior, pero no para conocerte o reconocerte, sino para esconderte del mundo, del ser humano, de la vida, de la luz....

Y vas bajando poco a poco impulsada por la ansiedad y la tristeza, la rabia, el dolor,la culpabilidad, los deseos de venganza. Y lloras y pataleas pero bajas más y más ayudándote de la frustración, la soberbia, la hostilidad, hasta que la debilidad y  la autoestima terminan de empujarte hasta lo más profundo.

Y cuando llegas ahí empiezan los miedos, las limitaciones y la desconfianza y eso hace que te quedes quietecita, sin apenas dar señales de que estás aquí, te haces invisible a los ojos de los demás y a los tuyos propios.
Solo hay sombras, la soledad es tu compañía. Te acomodas y te echas a dormir sumida en ese estado de letargo triste y doloroso.

Pero,, un buen día entra un poco de luz y te despierta, y te gusta, y te preguntas; Y por qué no? Por qué no intentarlo? Si ya no puedo bajar más y me duele el cuerpo de esta posición. Solo te queda respirar profundo y comenzar a subir, poco a poco, impulsada por la fe y la esperanza, otro poco más ayudada por la ilusión, la valentía  y el optimismo. En el viaje de subida vas recogiendo el entusiasmo y la alegría perdida, el respeto hacia ti misma, la lealtad, la empatía y la fuerza. Y llegas casi arriba con la determinación de empezar de nuevo y volver a sentir el aire y el sol en la cara, con tranquilidad y paso firme.

Y así con la fuerza del Amor, el tuyo propio y el de los demás empiezas a dejar de preguntarte cosas, a dejarte llevar, a reaprender a mirar las cosas con amor y comprensión, con gratitud y disfrutando de cada pequeño detalle de la vida con agrado. Y entrar en ese estado de paz y serenidad que solo la autoconfianza te da. La tranquilidad con la que se viven las cosas ahora nada tiene que ver con la quietud que te proporciona la depresión, es calma, es vivir sin reloj, sin pasado , sin futuro, es vivir con lo que tienes ahora y son las ganas de crecer, corregir, de empezar una nueva etapa sin rencores, ni malos recuerdos, solo con experiencias vividas.

Solo por el goce de VIVIR y con la satisfacción que eso produce. Aferrándote a quienes te quieren y agradeciendo a todos los que han hecho posible que ese rayo de luz entrase para despertarte.



Chewing






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