jueves, 19 de mayo de 2011

ESOS LOCOS BAJITOS

.-No hace mucho tiempo mi niño me decía una gran verdad, una verdad como un templo y más aún viniendo de la boca de un niño de ocho años.-

Me dijo que debería de haber dos mundos, uno de mujeres y otro de hombres, supongo que porque se está criando entre dos mujeres y estará un poco harto de nuestras paranoias y además se encuentra en minoría.

Lo curioso es que segundos después añadió algo que me sorprendió bastante aunque conociéndolo como lo conozco, me lo esperaba. Rectificó y me dijo que no, que dos mundos no, que debería haber tres. Uno de hombres, otro de mujeres y otro de niñ@s.
Y eso fué lo más bonito, inocente y sincero que un niño puede desear.


¿Os imaginais?, ¡¡¡un mundo sólo de niños!!!,,, sería precioso observarlo desde la distancia, porque si entrásemos ya lo contaminaríamos. Ver siempre esos pequeños seres jugando sin más problemas que el de repartirse los juguetes o en el grupo en el que les tocase jugar. Sin que nadie se entrometiese en sus ideas, libres para pensar.

Hace un par de años en un taller de psicología  durante unas vacaciones, nos hicieron hacer ejercicios con nuestros pensamientos e imaginación, y curiosamente el mío iba encaminado por ahí, por un mundo de niños.

En mi ejercicio me imaginé con unos diez años corriendo por un campo muy soleado, en el cual estaban en el fondo observando desde lejos mis padres y mi abuela, como cuidándonos. Y digo cuidándonos porque allí me encontraba con dos niños más y eran mis hijos. Todos éramos más o menos de la misma edad y me reuní con ellos para jugar y brincar. Me sentía muy feliz por ser otra vez una niña y además era consciente de que ellos eran mis hijos a los cuales tuve una vez, y por los que decidí volver otra vez a mi niñez.

El monitor nos "despertó", (nunca mejor dicho), de aquel sueño y no sé si por las emociones contenidas o por haberme devuelto a la realidad, pero terminé llorando a moco tendido. Fué una experiencia inolvidable para mí, además nos hizo contar a todos nuestros sueños o pensamientos en voz alta así que conmigo terminó todo el taller llorando, lo cual nos acercó más aún y nos hicimos más amigos de lo que ya eramos.

Es curioso que a partir de aquel día, yo que no creo en la vida eterna ni en el cielo, solo deseo una cosa para el día en que ya no esté entre los vivos. Y es poder pasar a una vida llena de niños, etérea, fugaz o eterna, pero de niños, convertirme en la niña que fuí. Volver a reír, jugar y disfrutar de la compañía de esos pequeños seres tan divertidos, animados y a veces terribles.

¡¡¡Son tan inteligentes y a veces no les damos la importancia que tienen!!!.

Mi pequeño me dice siempre que soy una pesada porque le repito mil veces en el día que lo quiero, y que él ya lo sabe, cosa que es bastante importante para mí que él se dé cuenta de que lo quiero.
Y hoy  me ha vuelto a sorprender cuando me ha dicho,además haciendo hincapié en el final de la frase para que yo la entendiese, que :

"JAMÁS ME OLVIDARÁ HASTA EL DÍA DE SU MUERTE, NO DE LA MÍA SINO DE LA SUYA".

Gracias mi amor. Te quiero

Mamá Chewing

2 comentarios:

  1. La verdad es que entro pocas veces en tu blog, pero siempre que entro vale la pena. La vida y la prisa no son buenas para leer en tu sitio.

    Pero quiero decir que esa persona dinámica, divertida con ganas de compartir, es en el fondo una persona con valores, con muchos valores, que piensa y sufre, que vive, que siente y eso, aunque sea una frase repetida, es cierto y es lo que nos hace seguir adelante porque nos hace sentirnos vivos, vibrar.

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  2. Muchas gracias, tu siempre tienes las palabras adecuadas. La vida es todo eso que tu has descrito no hay yin sin yang, si no tuviésemos lo malo(o menos bueno), no valoraríamos lo bueno.
    Y gracias por seguir entrando en mi blog, al menos nos une un poquito más ya que el tiempo es escaso y no podemos charlar más, que es lo que nos gusta tanto a los dos. Un beso enorme.

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