martes, 25 de septiembre de 2012

EL ÁRBOL CELESTIAL

A veces sufrimos decepciones por no preguntar a  tiempo, otras por soñar despiertos, y en la mayoría de las ocasiones por tener expectativas.

No se pueden tener expectativas , ni metas. No se puede.

En casi todos los circulos de psicólogos, yoguis, filósofos e intelectuales varios, te dicen que hay que ser positivos, visualizar positivamente cada día lo que quieres y deseas para que tu mente piense de esa forma y cumpla tus sueños.

Pero.....

¿Que hacer cuando visualizas lo que quieres, sueñas o deseas y te falta información?, ¿cómo se va a cumplir algo que quieres si  no podemos ponerle cara o nombre a la imagen?

En la vida nos vamos encontrando con cosas que nos van enseñando a lo largo de ella. Nunca terminaremos de aprender. Quien diga que ya ha aprendido todo o que ya nada le sorprende, no es que esté mintiendo, es que está equivocado o equivocada para hablar políticamente correcto, aunque alguien me ha dicho que eso es gastar tinta y yo estoy de acuerdo, no voy a alargar el lenguaje ni escrito ni hablado.
Lo dejaré como está.

Ayer tuve una lectura de un cuento:


Un viajero, después de caminar muchas horas bajo el sol, llegó a una gran llanura y, sintiéndose exhausto, cubierto de sudor, se sentó a la sombra de un árbol para descansar un rato. Enseguida comenzó a pensar que sería delicioso tener un mullido lecho para dormir. El viajero no tenía ni la más remota idea de que estaba sentado debajo del árbol celestial. Tan pronto como surgió en su mente aquel pensamiento, vio aparecer a su lado una hermosa cama. Quedó muy sorprendido, pero no tardó en acostarse en ella.
Luego, pensó cuán placentero sería que una joven doncella viniera y le hiciera masajes en las piernas. Al momento, vio aparecer a una doncella, que se sentó a sus pies y comenzó a frotar suavemente sus piernas. El viajero se sintió enormemente feliz.
Enseguida tuvo hambre y pensó: «He tenido todo lo que he deseado; ¿no podría ahora conseguir algo para comer?» De inmediato apareció ante él un plato lleno de deliciosos manjares. Comió alegremente y habiendo quedado satisfecho por completo, volvió a tenderse sobre el lecho. Luego, comenzó a repasar en su mente los sucesos del día. Ocupado en esto, pensó: «¡Y si un tigre me atacara de repente!» Al instante, un gran tigre saltó sobre él, le quebró la nuca y comenzó a devorarle. De este modo, el viajero perdió su vida.


Conseguí desechar a mi tigre de mi mente y estaba contenta por ello.....

Hoy ese tigre ha tomado forma y me ha atacado, afortunadamente sigo con vida, todo es un símil, pero..... no quisiera perder mi positividad porque algún tigre no me deje hacer realidad ciertas cosas.

La vida está llena de obstáculos, eso es sabido, pero....... hay ciertos obstáculos que siempre se los encuentran los mismos.

Los que me seguís  aquí sabéis que mis artículos hablan de emociones, mías o no, sentimientos, reflexiones varias, injusticias o simples puntos de vista.

Hoy necesitaba hablar de un sentimiento tan intenso como otros y al que apenas le damos importancia:

LA DECEPCIÓN

Chewing

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